La gestión del mantenimiento en una industria es una de las tareas más complejas que podemos tener. Independientemente de si se trata de mantenimiento correctivo o preventivo (o incluso predictivo) juegas con muchas variables: la presión de la producción, los costes, el tiempo, el personal de mantenimiento, los proveedores…
Después de leer varios libros de mantenimiento, la mayoría llega a la misma conclusión:
Calidad = Máxima disponibilidad al mínimo coste
Pero realmente,¿qué significa esto?
Significa muchas cosas. Podemos traducirlo en muchas cosas, como por ejemplo:
- Que dispongamos de mano de obra en la cantidad suficiente y con el nivel de organización necesario.
- Que la mano de obra esté suficientemente cualificada para acometer las tareas que sea necesario llevar a cabo
- Que el rendimiento de dicha mano de obra sea lo más alto posible.
- Que dispongamos de los útiles y herramientas más adecuadas para los equipos que hay que atender.
- Que los materiales que se empleen en mantenimiento cumplan los requisitos necesarios.
- Que el dinero gastado en materiales y repuestos sea el más bajo posible.
- Que se disponga de los métodos de trabajo más adecuados para acometer las tareas de mantenimiento.
- Que las reparaciones que se efectúen sean fiables, es decir, no vuelvan a producirse en un largo periodo de tiempo.
- Que las paradas que se produzcan en los equipos como consecuencia de averías o intervenciones programadas no afecten al Plan de Producción, y por tanto, no afecten a nuestros clientes (externos o internos)
- Que dispongamos de información útil y fiable sobre la evolución del mantenimiento que nos permita tomar decisiones